Abstract:
Durante años, la sociedad y el sector educativo han tratado al niño como un ser que aprende y siente por separado, sin embargo es precisamente por esta causa que no se logra lo que se conoce como proceso de enseñanza significativo, ya que al educar al estudiante sin considerar sus emociones como parte fundamental de su formación, se limita e inclusive se fractura la línea del proceso inicial dentro del salón de clases, las emociones del profesor y las del grupo estudiantil convergen e interactúan y es el conocimiento que el docente tenga sobre el manejo de las emociones, lo que logrará llevar un manejo adecuado y mantendrá el equilibrio en el aula, detectando a tiempo problemas que puedan derivar en trastornos de conducta, teniendo como meta alcanzar un aprendizaje significativo los trastornos de conducta son producto de factores internos y externos que producen en el niño un grave problema de socialización que se agrava con cada etapa de su vida es el profesor dentro del aula de clases el encargado de conocer a profundidad como los niños manejan las emociones y los sentimientos y de cómo estos las expresan, para así poder determinar si su comportamiento es resultado de una conducta inapropiada adquirida por un entorno negativo y dar a tiempo soluciones que rehabiliten al niño para mejorar su calidad de vida y el desarrollo de sus habilidades sociales consigo mismo y con quienes los rodean.