Abstract:
La forma en que se ha vivenciado la educación para la sexualidad y el amor en nuestro medio, no ha posibilitado el crecimiento personal, familiar ni social en la medida en que se espera. Se ha demostrado que la educación sexual deficiente, no planeada y la discordancia entre el hogar, la escuela y el medio social, se asocian a múltiples problemas como la represión sexual, la intolerancia, la violencia intrafamiliar, la desinformación y la carencia de servicios de salud para grupos específicos. Se considera que una de las mejores herramientas para subsanar y superar esta situación es la educación sexual integral, científicamente fundamentada y que promueve el mejoramiento de la calidad de vida en hombres y mujeres en todas las etapas del ciclo vital por medio de la aplicación de valores. Existen situaciones sociales que pueden intervenirse en forma integral dentro de los procesos de educación sexual como diseñar y ejecutar acciones efectivas que logran “acabar” o disminuir la inequidad en que se vivencian las diferencias de género y la debilidad en los referentes de identidad. La idea es proporcionar un aumento de la autoestima, una inteligente toma de decisiones, una práctica de valores que permite la convivencia pacífica; en fin, el desarrollo de habilidades sociales. Esto a su vez contribuirá considerablemente en la prevención de embarazos precoces, el nacimiento de hijos no deseado, las altas tasas de morbimortalidad y el incremento del VIH/SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual. El programa se centra en el trabajo con los jóvenes en tres áreas: mejorando la propiedad identidad y autoestima, valorando su libertad y capacidad de decisión y desarrollo valores entre ellos el respeto por el don de padres, dirigidos por monitores especialmente capacitados; así, los aspectos biológicos quedan insertos en un marco valórico que orienta y da sentido a los temas analizados.