Resumen:
En la mayor parte de los países en desarrollo existen huertos escolares, los mejores ejemplos de tales huertos suelen ser el resultado de iniciativas de la comunidad o de la dedicación de determinados maestros. Los huertos escolares pueden contribuir a que la educación sea más pertinente y de mejor calidad, a mejorar los conocimientos de los niños y de su padres sobre técnicas de producción de alimentos y nutrición, y pueden estimular la creación de huertos familiares. Tales logros, en conjunto, llevarán a una mejora del estado nutricional de los niños y de sus familias, lo cual contribuirá a incrementar la seguridad alimentaria y el capital humano. La función potencial de los huertos escolares por lo que hace mejorar los conocimientos prácticos de los niños en materia de agricultura y nutrición y su preparación para la vida resulta especialmente valiosa para que los huertos escolares tengan un impacto educativo importante, es posible sea necesario introducir ciertos modificaciones en los planes de estudios de las escuelas preparar material didáctico, capacitar a docentes y proveer fondos que permitan sufragar los huertos escolares, con más motivo debe ser un huerto ecológico. Los alumnos deben adquirir una educación medioambiental, de respeto al medio, de compresión de la interrelación de los seres humanos entre sí y con la naturaleza, los niños serán parte activa en el proceso de funcionamiento del huerto, que mediante el cuidado y las pautas necesarias, pueden seguir adelante con su desarrollo. Para conseguirlo se deben seguir una serie de principios.