Abstract:
Parece que hay algunas especies de animales en las que sacar adelante a sus crías es tarea del macho o de la hembra. En la especie humana esto no es así: la educación de los hijos compete tanto al padre como a la madre. Pero en la práctica, en no pocas ocasiones, la madre siente la responsabilidad de esta tarea y el padre está muy ocupado con sus trabajos, sus viajes, su preocupación por adquirir la casa junto a la playa, o cosas materiales, etc. Es el caso del padre resignado, que se priva de su responsabilidad y sólo actúa de vez en cuando para ejercer de ogro en la familia. Cuando la madre pretende imponerse a sus hijos les dice: “ya verás cuando venga papá”, “se lo diré a tu padre”, “él te ajustará las cuentas” y otras frases similares. Como en muchos casos por la noche la madre le cuenta las desobediencias del hijo, entonces el padre se quita el cinturón y lo emplea con fuerza en el cuerpo del chico. Es el padre ejerciendo de ogro. Pero así no se arreglan las cosas. En la familia, tanto el padre como la madre tienen su papel, aunque a veces distinto, en la formación de los pequeños. Se precisa la comunicación necesaria para tener criterios comunes y objetivos claros. Lo que parece evidente es que los hijos confían en ambos padres, como matrimonio, y en cuanto padre y madre. Una buena forma de llevar a cabo esta difícil tarea es colaborar con los hijos en esta tarea, porque en última instancia, el artífice de la propia formación es el propio chico. Padres e hijos tienen un mismo que hacer y esto no es sólo de la madre. El chico necesita a los dos. No necesita casas ni regalos, ni las cosas materiales que siempre buscamos darles, ellos necesitan de los padres que estén pendiente de ellos orientarlos por todo lo expuesto; el motivo de nuestro proyecto debido al poco interés que muestran los padres de la Escuela Mixta Ab. “JAIME ROLDOS AGUILERA” para con la educación de sus hijos.